Una célula madre es una
célula que tiene la capacidad de autorrenovarse mediante divisiones mitóticas o bien de continuar la vía de diferenciación para la que está
programada y, por lo tanto, producir células de uno o más tejidos maduros, funcionales y
plenamente diferenciados en función de su grado de multipotencialidad. La
mayoría de tejidos de un individuo adulto poseen una población específica
propia de células madre que permiten su renovación periódica o su regeneración
cuando se produce algún daño tisular. Es común que en documentos especializados
se las denomine como células troncales.
Células madre embrionarias (pluripotentes): Generalmente se obtienen de la masa celular
interna del blastocisto. El blastocisto está formado por una capa externa denominada
trofoblasto, formada por unas 70 células, y una masa celular interna
constituida por unas 30 células que son las células madre embrionarias que
tienen la capacidad de diferenciarse en todos los tipos celulares que aparecen
en el organismo adulto, dando lugar a los tejidos y órganos.
Células madre adultas: Son células no diferenciadas
que se encuentran en tejidos y órganos adultos y que poseen la capacidad de
diferenciarse para dar lugar a células adultas del tejido en el que se
encuentran, por lo tanto se consideran células multipotenciales. En un
individuo adulto se conocen hasta ahora alrededor de 20 tipos distintos de
células madre, que son las encargadas de regenerar tejidos en continuo desgaste
(como la piel o la sangre) o dañados (como el hígado). Su
capacidad es más limitada para generar células especializadas. Las células
madre hematopoyéticas de médula
ósea (encargadas de la formación de la sangre) son las más conocidas y
empleadas en la clínica desde hace tiempo. En la misma médula, aunque también
en sangre del cordón umbilical, en sangre periférica y en la
grasa corporal se
ha encontrado otro tipo de célula madre, denominada mesenquimal que puede diferenciarse en
numerosos tipos de células de los tres derivados embrionarios (musculares,
vasculares, nerviosas, hematopoyéticas, óseas, etc).
Existen cuatro tipos de células madre:
- Las células madre totipotentes pueden crecer y formar un
organismo completo, tanto los componentes embrionarios (como por ejemplo,
las tres capas embrionarias, el linaje germinal y los tejidos que
darán lugar al saco vitelino), como los extraembrionarios (como la placenta). Es decir, pueden formar todos los tipos celulares.
- Las células madre pluripotentes no pueden formar un
organismo completo, pero sí cualquier otro tipo de célula correspondiente
a los tres linajes embrionarios (endodermo, ectodermo y mesodermo), así como el germinal y el saco vitelino. Pueden, por tanto,
formar linajes celulares.
- Las células madre multipotentes son aquellas que sólo pueden
generar células de su misma capa o linaje de origen embrionario (por
ejemplo: una célula madre mesenquimal de médula ósea, al tener naturaleza mesodérmica, dará origen a células de esa
capa como miocitos, adipocitos u osteocitos, entre otras).
- Las células madre unipotentes pueden formar únicamente un tipo de célula en particular.
